ORDEN Y CAOS, DINÁMICAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES, Y LA VERDAD SOBRE TINDER

 

LA VERDAD SOBRE TINDER Y CÓMO FUNCIONAN LAS RELACIONES SENTIMENTALES ENTRE HOMBRES Y MUJERES

 

La historia más antigua del mundo está estrechamente relacionada con la religión, y tiene como protagonistas a un hombre y a una mujer. Dado que ahora somos tan científicos y nuestro paradigma sociocultural está marcado por los hechos científicos resulta complicado comprender que puedan existir otras formas de ver el mundo. Sin embargo, la gente que se preocupaba por la historia más antigua del mundo suponía ésta de una gran importancia para aquellas personas, pues los pilares fundacionales de nuestra sociedad han estado marcados por la historia más antigua del mundo. Se trata de una historia que la mente moderna es capaz de reducir a algo meramente mitológico o incluso anecdótico y jocoso. Pero antes de hablar de esta historia, vamos a hablar un poco de orden y caos.

ORDEN Y CAOS; HOMBRE Y MUJER

El caos es territorio convulso, inexplorado. Es la desesperación y el pozo sin fondo al que te tiras de cabeza cuando sientes la traición. Es el lugar donde acabas cuando suspendes el examen más importante de tu vida, o cuando rompes con tu pareja. Es, en pocas palabras, todas las situaciones que desconocemos, que no comprendemos, y que nos sorprenden.

El orden, por el contrario, es la calma después de la tormenta, es el hielo cuando está compacto y se puede patinar sobre él. Supone un territorio ya explorado, conquistado. El orden es la estructura social y la estructura biológica del ser humano.

Caos y orden están estrechamente ligados entre sí, una especie de teoría de acto y potencia aristotélica. Podemos pasar del orden al caos en cuestión de milésimas de segundo, incluso cuando ello no depende de nosotros. El caos acontece cuando aquella capa de hielo compacto se resquebraja. El orden es el matrimonio que funciona de forma estable y el caos penetra cuando uno de los dos pide el divorcio. Cuando cosas así suceden, el panorama cambia radicalmente. La forma en la que se percibe el caos y orden, no es una forma objetiva de ver el mundo, ni si quiera en cosas tangibles. Durante milenios hemos evolucionado en el marco de circunstancias sociales, lo que significa que lo que percibimos son personalidades, no objetos. Las personalidades que percibimos son masculinas o femeninas. Lo masculino y lo femenino son categorías ancladas en nuestra mente. Pero, ¿Qué tiene que ver el orden y el caos con lo masculino y lo femenino? La verdad es que tiene muchísimo que ver. El orden aparece asociado a la masculinidad de forma simbólica, tal y como menciona el símbolo taoísta del ying y el yang. Esto se debe a que las estructuras jerárquicas primarias en la sociedad son masculinas. Los hombres, históricamente, han sido los constructores de pueblos y ciudades, ingenieros, leñadores… Sin embargo, este orden, si se lleva demasiado lejos, puede degenerar en violencia y autoritarismo. El caos se asocia con lo femenino, ya que todas las cosas que conocemos nacieron primero de lo desconocido, del mismo modo que todos nacimos de madres.

 


Sin embargo, hay algo a comentar dentro del caos, mucho más importante que el orden masculino. El caos femenino es también la fuerza de la selección natural. Las mujeres son muy exigentes a la hora de emparejarse pues la mayoría de hombres no está a la altura de sus criterios (Esto es algo que se verá reflejado más adelante cuando analicemos a la plataforma Tinder. Así, podemos ver que las mujeres, estadísticamente suspenden al 85% de hombres que se cruzan en la plataforma). También es por eso que nosotros tenemos el doble de antepasados femeninos que masculinos. Y esto es una teoría de cuello de botella: cien hombres y una mujer podrán tener solamente un hijo en un año, mientras que cien mujeres y un hombre podrán tener cien hijos en un año. La vida de la mujer es más valiosa porque marca el papel reproductivo de un grupo. No es casualidad que a la madre naturaleza se le llame “madre” por algo. La naturaleza selecciona, la mujer selecciona. Es la mujer, en el papel de la naturaleza la que mira al hombre y le dice: “NO.” Para los hombres, es un encuentro directo con el caos, algo que sucede de forma devastadora cuando éstos no consiguen una cita. Es esa fuerza natural femenina a decir que no, la que ha marcado la tendencia evolutiva de la especie. Si acaso los nazis hubieran podido implementar sus técnicas eugenésicas, no serían más que una fachada a la auténtica selección eugenésica de la historia, que no es otra que la eugenesia que aplican las mujeres a la hora de propagar sus genes. Es la naturaleza, en el papel de la mujer la que dice: “Perdona, eres una persona muy agradable y simpática, pero nuestra experiencia compartida por el momento no es la suficiente como para que yo propague los genes de la especie humana contigo”. O lo que es lo mismo: “Te quiero, pero solo como amigos.”

Los designios divinos y simbólicos acerca del orden y el caos, asociados al hombre y la mujer, nos permiten, de una vez por todas, adentrarnos en la que es la historia más antigua del mundo.

LA HISTORIA MÁS ANTIGUA DEL MUNDO

Tal y como he dicho al principio, esta historia tiene como protagonistas a un hombre y a una mujer, en su papel de orden y caos. Se trata de una historia religiosa, se trata de la historia nada más y nada menos que de la creación. De acuerdo con la narración cristiana, Dios creó un espacio hermético, encapsulado, al que llamó Edén, y fue allí donde colocó a Adán, el primer hombre de la historia. Fue a partir de Adán que Dios creó a Eva, la primera mujer. Nuestros primeros padres iban desnudos, mas no sentían vergüenza alguna. Las únicas personas que no sentirían vergüenza de la desnudez son los locos y los niños. Este hecho será importante a medida que avance la historia.

Hay un elemento en esta historia que no podemos olvidar, y ese elemento es la serpiente. La serpiente es la posibilidad de que lo desconocido y revolucionario se manifieste cuando todo parece estar en orden. Por tanto, no es posible, ni siquiera para Dios, generar un espacio hermético y delimitado que no deje pasar nada de caos. El caos siempre puede colarse, nada ni nadie puede estar confinado del resto de la realidad. Así pues, el lugar más seguro del mundo, ahora alberga en su seno una serpiente caótica. Pero esa serpiente no funciona como agente externo, todos tenemos en nuestra cabeza una serpiente que habita en el interior de nuestras almas. Se puede hacer también una analogía con Descartes, como ese pequeño genio maligno que hace que me equivoque y genere caos y duda allá por donde vaya.

La peor serpiente humana es esa, la tendencia al mal. No hay muros que puedan contenerla. Ni siquiera los padres más diligentes pueden proteger a sus hijos de forma absoluta. No se puede alejar a un adolescente del alcohol, de la droga o del porno, ni siquiera encerrándolos en un sótano.

Sea como sea, no resulta sorprendente que la serpiente trate de gastarle una broma de mal gusto a Eva. ¿Por qué a Eva y no a Adán? Bueno, quizás fuera una cuestión estadística. Eva tenía un 50% de probabilidades al fin y al cabo. Quizás sea por los rasgos temperamentales femeninos. Las mujeres suelen ser más precavidas, cohibidas, temerosas, e inquietas. La serpiente caótica es astuta y conocedora de esto. Sea como fuere, la serpiente ofrece a Eva comer de la fruta del árbol prohibido. Eva decide comerse la fruta y de repente… Despierta. Y lo primero que hace Eva es darse cuenta de que está desnuda. Eva se vuelve consciente. Pero ninguna mujer lúcida y consciente va a aguantar a un hombre que no ha despertado. Así, Eva comparte la fruta con Adán. Y Adán también se convierte en alguien consciente y conocedor de su existencia… Y de su vergüenza. Las mujeres han hecho que los hombres sientan vergüenza desde el principio de los tiempos. Y no es mi intención crear una corriente victimista de enfatización masculina. Pero si es cierto que es algo que consiguen fundamentalmente rechazándolos y avergonzándoles cuando no asumen responsabilidades.

Adán y Eva despiertan, y de lo primero que se dan cuenta es de que están desnudos. Y ahora es cuando ven el miedo por primera vez, el miedo y la vergüenza que supone tener que presentarse desnudos ante Dios. La desnudez está asociada a la vulnerabilidad, al juicio estético de los demás. Ahora nuestros padres creadores se sienten vulnerables y avergonzados de la misma manera que la belleza avergüenza a los feos, la fuerza a los débiles, y la muerte a los vivos. Pero la belleza es algo necesario, igual que su contraparte, la fealdad. Y es algo necesario y así lo digo, porque no me parecería de recibo que las mujeres que son capaces de deslumbrar con su mera presencia desaparecieran solo para que los demás no tuviéramos que sentirnos inseguros.

Dios se percata de lo sucedido. Adán culpa a Eva sin embargo. Y después culpa al propio Dios: “Esta mujer que me has dado me ofreció de la fruta prohibida”. Qué patético por parte de Adán, pero a la vez qué cierto. La primera mujer llenó al primer hombre de nerviosismo, inseguridad y resentimiento. Y éste, desdichado él, culpa a la mujer y a Dios. Y así es cómo se siente todo hombre rechazado. Primero se siente pequeño ante aquello que desea amorosamente una vez que ella haya rechazado su idoneidad reproductiva. Más tarde culpa a Dios, o incluso al destino, de haberla puesto en su camino, y por último se culpabiliza a sí mismo por resultar ser algo tan defectuoso. Una actitud masculina tan despreciable como comprensible.

Continuando con la historia, Dios castiga a Eva, diciéndole que de ahora en adelante y por el resto de sus días, sufrirá la carga que supone traer un hijo al mundo, acompañada a menudo de un hombre indigno, lleno de apatía, desinteresado, esquivo, y que lentamente se irá transformando en un Homer Simpson, que dominará sin embargo el hogar y su destino biológico. Podría significar eso que Dios es una especie de tirano patriarcal, o por el contrario podemos optar por entender esto como un hecho meramente descriptivo. Me decanto por la segunda opción, y he aquí el porqué:

Bien es cierto que las mujeres pagan un alto precio por el embarazo y crianza de los hijos tanto a nivel físico como psicológico, esto acarrea a su vez una mayor dependencia de las bondades (normalmente poco fiables) de los hombres. Pero Dios también castiga el hombre: Tendrás que trabajar.

 

Seguramente peque de arrogancia en lo siguiente, ya que yo no soy nadie para dirigirme a nadie desde ninguna atalaya de superioridad moral. Pero teniendo en cuenta mi enfurecimiento acerca de estas dinámicas que muchos se niegan a aceptar como axiomas válidos, sí que me voy a permitir el lujo de calentarme y de soltar unos cuantos factores, a la par que dar ciertos consejos. Es entonces cuando me dirijo a la mujer y al hombre:

Mujer, ¿Por qué tendrías que ocuparte de algo tan desnudo, avergonzado, asustado, patético, resentido, acusica e insignificante como lo es un descendiente de Adán? Sé valiente. Deja de ser alguien precavida, cohibida, temerosa, e inquieta. Ten en tu vida a un hombre agresivo pero civilizado. Y tú, hombre, si piensas que las mujeres no desean eso, más vale que tengas una buena explicación para el éxito de “50 sombras de Grey”, cuyo protagonista es alguien a quien no le importa los demás pero que es deseado por muchos, alguien atractivo para todos, pero no solo por su belleza, que también, sino por su estatus.

Hombre, toma las riendas de tu vida. Eres una persona intínsicamente malvada, y la gente lo sabe. Tú te conoces mejor que nadie, nadie sabe mejor que tú los defectos que se acumulan en tu cuerpo y en tu mente. Haz el ejercicio de despreciarte, de admitir tu patetismo, de autoflagelarte por todos tus fracasos, y una vez hecho eso, toma las riendas de tu vida. No seas inofensivo y no te disculpes si no has hecho nada malo. Enderézate y mantén tus hombros hacia atrás, porque eso supone aceptar la terrible responsabilidad que supone ser un hombre. Significa asumir la carga de vulnerabilidad y que aceptas el final del jardín del Edén. Deja de arquearte, di lo que piensas, deja claro lo que quieres como si tuvieras derecho a conseguirlo. Atrévete a ser un peligro, a ser productivo y a mirar a los ojos con franqueza, así la gente y particularmente las mujeres asumirán que eres una persona capaz, articulada y competente. Tus conversaciones fluirán de forma más natural, lo que te permitirá conocer personas de forma más sencilla e impresionar. Y solo haciendo esto puede que entonces consigas llamar la atención de la imponente y bella presencia del mundo femenino.

Ahora sí, vamos con la verdad de Tinder.

LA VERDAD DE TINDER

Creo que todos aquí sabemos cuál es el funcionamiento mecánico de la plataforma Tinder, así que mejor saltemos el proceso de aprendizaje, saltemos el “tutorial”, y vayamos al grano.

Para empezar, el mercado de Tinder está distribuido de manera que en torno al 80% de usuarios son masculinos frente al 20% femeninos. Esta cifra irá variando más o menos en cuestión del contexto o coyuntura social. En Tinder, se escenifica la descompensación del mercado sexual, Tinder no deja de ser un pequeño reflejo de la realidad. A las mujeres les hacen más matches que a los hombres, y atendiendo a lo que hemos comentado antes, proceden a ser más selectivas a la hora de escoger un candidato. A los hombres les cuesta mucho más conseguir matches, las mujeres atractivas no necesitan Tinder para ligar, por eso es que una minoría de hombres atractivos son los que acaparan todos los matches femeninos.

La mayoría de chicas tienen, por estas razones, mucho éxito en la plataforma. Según las estadísticas, en torno a cinco conversaciones por día son las que tendrían las mujeres en la plataforma y unos sesenta matches semanales. Primero hay que dejar claro que hombres y mujeres somos distintos, como ya sugerí en otras entradas del blog, por tanto, es evidente que hombres y mujeres no utilizarán la aplicación de forma mimética. Por eso es que una minoría de hombres reciben likes y matches, mientras que el grueso de hombres, deberían darse con un canto en los dientes si de vez en cuando, cada x meses, consiguen un mísero match. Bien es cierto que existe un pequeño espacio de compensación entre los hombres que, cuando hemos tenido la aplicación, recibíamos más o menos likes, algo así como un término medio entre estos dos extremos viciosos.

Otro motivo por el que las mujeres son más selectivas en la plataforma, sobre todo a la hora de buscar a quién llevarse a la cama, es porque el riesgo potencial que pueden tener con un mal polvo es mucho mayor al riesgo potencial que puede tener un hombre con un mal polvo. Las mujeres no solo se exponen a una cantidad innumerable de enfermedades venéreas y de ETS, sino también al riesgo que conlleva quedarse embarazada del mayor cateto de la humanidad, algo que sus genes reproductivos rechazan, pues el deseo primordial de las mujeres, como hemos dicho antes, es un hombre competente. Esto es una realidad. Y por supuesto que las mujeres tienen mucho más fácil follar que los hombres, evidentemente.

Son los hombres los que tienen que competir de forma activa o implícita entre ellos mismos para poder ser pretendientes de esas mujeres. Y por mucho que no nos guste, y que a ciertos sectores del feminismo y de los defensores de las políticas identitarias y los estudios de género sea algo que les pique, no podemos dejar de un lado estos mecanismos biológicos para sustentarlo todo en un constructivismo social radical. Los hombres compiten por muchas cosas, pero también compiten por atención femenina. Nos guste o no nos guste.

Y ya estoy harto de ver a chavales que pierden el culo por intentar tener una pareja estable, porque los tíos que ligan y que se acuestan con las tías son una minoría de tíos. El resto de hombres, son los mayores calzonazos que se pueden ver en la faz de la tierra, esos son la mayoría. Los que están dispuestos a bajarse al barro por la atención de una mujer. De ahí viene mi opulencia extrema anterior a este punto, y mi deseo condescendiente de que los hombres tomen las riendas de su vida y dejen de ser personas incapaces.

Por eso me molesta que desde corrientes feministas se diga que las dinámicas entre hombres y mujeres en Tinder responda a axiomas patriarcales. No es que los tíos en Tinder solo vayan a follar, es que los tíos que van a follar, van a ello porque son una minoría que por supuesto, al acaparar todos los likes femeninos y tener mujeres a las que seleccionar, van a lo que van. Esa constante de “fucker”, no es una constante fija en el colectivo de varones, sino solo una pequeña manifestación de los hombres que más éxito tienen en la aplicación. Si quieres que te traten como a la princesa Sherezade, que te proporcionen conversación interesante, o que se interesen por tus atributos y cualidades como a Penélope en la Odisea, y que no busquen solo un polvo, trata de dar match a esos chavales gorditos y con granos a los que ignoras sistemáticamente. Porque son esos hombres, los que en su supina pateticidad y forma de dar pena, cabalgarán el concepto de arrastramiento por una mujer a unas dimensiones que jamás habrás visto. Pues, aunque el match les salga a ellas, casi siempre es el hombre el que tiene que iniciar y tirar de la conversación. Las habilidades sociales de las mujeres en Tinder como ser originales, sacar tema de conversación o hacer reír, son prácticamente nulas en la plataforma ya que ellas no necesitan tomar la iniciativa. A esos hombres que se arrastran les digo, a riesgo de repetirme por lo expuesto anteriormente, que actúen de forma clara, que apechuguen.

En las apps de citas peligra la salud mental del hombre que es ignorado, ghosteado, tratado como mero entretenimiento sube egos y llamado “incel” por aquellas feministas que predican responsabilidad afectiva y empatía. ¿Por qué la situación del hombre promedio en el mercado sexoafectivo es un tema tabú para las famosas influencers psicólogas de Twitter y Tik Tok? ¿Por qué cuando se expone esta asimetría del valor masculino sexual, el hombre que no recibe matchs es objeto de burla? Parémonos a reflexionar.

En las apps de citas peligra la salud mental de la mujer que es tratada como objeto sexual y como consolador masculino de aquellos hombres que acaparan todos los likes y que utilizan a las chicas como mero entretenimiento sube egos. ¿Por qué cuando estos hombres descartan a las mujeres lo hacen desde una superioridad moral siendo ellas objeto de burla?  Parémonos también aquí a reflexionar.

 

 

 

 

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